Dolores articulares

Dolores articulares, el ejercicio y la vitamina D

Si ya en mi último artículo os hablaba de las bondades de la “hormona” D (vitamina D), ahora la combinamos con los ácidos grasos esenciales Omega 3. Conseguimos así la capacidad de reducir y mejorar los procesos inflamatorios que provocan dolores articulares.

Hace poco, hablando con uno de mis usuarios de FITMAD, me comentaba que le habían diagnosticado hipotiroidismo de Hashimoto y los dolores articulares relacionados. Ambas dolencias se caracterizan por una inflamación. Y ahí es donde está comprobado la importancia de tener buenos niveles de vitamina D.

Los ácidos grasos Omega-3 son clave para salud en general del ser humano, ya que entre otras cosas son necesarios para una correcta modulación y resolución de la inflamación.

Pero aparte de esto, a nivel deportivo o de composición corporal, se plantea el consumo de Omega-3 por su supuesto efecto a nivel muscular. El Omega-3 podría ayudar al proceso de hipertrofia y aumento de la fuerza, así como en la pérdida de grasa, mejora de la recuperación post ejercicio, mejora del daño muscular, etc. (Ismael Galancho, 2020)

Además, los ácidos grasos Omega-3 mejoran los síntomas de algunas enfermedades autoinmunes (como os comentaba de la vitamina D), puesto que disminuyen la inflamación de bajo grado del organismo.   

Todo lo anterior se sujeta por ejemplo por los resultados hallados en el estudio llevado a cabo por Hahn y colaboradores, en el año 2021.

En ese estudio se comprobó el efecto de la vitamina D3, así como los ácidos grasos omega 3 en la prevención de enfermedades autoinmunes y en procesos antiinflamatorios.

Durante 5 años, se suplementó con una dosis de D3 y/o ácidos grasos omega 3. Se comprobró la reducción de hasta un 30% la enfermedad autoinmune y los dolores articulares relacionados.

“Una dieta sana y equilibrada complementada con ejercicio ayuda a prevenir dolores articulares”

También quiero dejar claro, que queda mucho por saber y como en todo, la ciencia sigue avanzando porque hay elementos que no llegamos a controlar o a comprender (por ahora).

De lo que si deja evidencia este estudio es que, un descenso de estos dos elementos en nuestro organismo puede tener unos efectos bastante nocivos.

Además de la importancia de la vitamina D y del Omega 3, aprovecho para recordaros algunas estrategias que pueden favorecer procesos inflamatorios.

  • Fundamental intentar evitar procesados, alcohol, azúcares y harinas refinadas, etc. Este tipo de alimentación industrializada acarrea inflamación de bajo grado sistémica, que puede desembocar en un mal funcionamiento del sistema inmune.
  • Gestión del estrés. Llevar muy al límite a nuestro cuerpo a nivel de estrés, puede desembocar en una supresión del sistema inmunológico, con un consiguiente rebote nocivo para nuestro cuerpo.
  • El ejercicio debe ser parte obligatoria de nuestro día. La actividad física es crucial en el equilibrio de nuestra salud. Este punto debe ser un si o si.
  • Evitar alimentos con posibles cargas de metales pesados, como por ejemplo pescados de gran tamaño, etc. Un mal funcionamiento del sistema de defensa de nuestro cuerpo puede venir también por la acumulación de partículas que desregulan nuestro organismo. El paso de años con una mala alimentación a este nivel, también puede pasar factura.

En la actualidad podemos encontrar complementos alimenticios para mejorar esos dolores articulares, aunque siempre una dieta sana y equilibrada es suficiente, y el ejercicio el acompañamiento perfecto.

En Fitmad siempre tenemos presente que el contexto de la persona es vital y que las herramientas que adaptamos (dieta y ejercicio), serán fundamentales para conseguir el objetivo marcado.

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