Los picos de insulina y la glucosa

Los picos de insulina y la glucosa, el gran engaño

Que complicado es eliminar una falsedad instaurada en la sociedad que crear una idea. Y esto trasladado al mundo de la alimentación tiene un buen ejemplo, con los picos de insulina y la glucosa, coger peso, etc.

El reduccionismo máximo ha provocado que cualquier personaje te venda en redes sociales que los picos de insulina son malos y que cualquier alimento que la eleve, es el demonio.

Ese mismo simplismo nos lleva a considerar que todas las comidas que lleven carbohidratos son peligrosas. ¿Por qué? Porque tienen ese efecto de elevar esa hormona (cosa que es totalmente natural y necesaria, por cierto). Esa tontería catedralicia sigue su camino para acabar determinando que los hidratos son malísimos y engordan. Que la insulina es poco menos que veneno. Y por lo tanto, el ganar o perder peso dependerá de su control.

Repito lo de que es más fácil la idea inicial, añadiendo que si refuerzas una mentira / mito, si además creas polémica y con ello provocas reacción, tienes mucho ganado en redes sociales. Se ha ante puesto el éxito de las visitas y los likes, a conseguir una mínima coherencia y rigor científico.

Nos engañan para conseguir likes, los picos de insulina por incremento de glucosa después de una comida son normales.

Es que hablamos de salud. Sin embargo, tampoco importa si el premio final es que me compren lo que Es que hablamos de salud. Sin embargo, tampoco importa si el premio final es que me compren lo que vendo, si tienen más visualizaciones mis vídeos o tengo una oleada de gente confundida haciéndome caso.

POR FAVOR, es totalmente normal y fisiológico que cuando hagamos una comida, sobre todo rica en carbohidratos, se eleve la glucosa en sangre. Y por tanto tengamos un pico de insulina. Esto no es nada negativo, es como tiene que ser. Hay que entender, que el problema no son los picos de glucosa dentro del rango fisiológico. Que se eleven después de comer es totalmente normal, siempre y cuando vuelvan a la normalidad al tiempo. Esto indica una buena sensibilidad a la insulina y un correcto funcionamiento. El problema es mantener el nivel de insulina elevado en el tiempo, cronificar esa situación y consecuentemente una patología.

Por supuesto que habrá contextos y situaciones que la estrategia de reducir el nivel de carbohidratos sea una de las herramientas a usar. Pero eso no significa que ellos hayan sido los culpables de la mala sensibilidad de nuestras células a la insulina.

La resistencia a la insulina es menor en las personas que hacen actividad física habitual.

La causa principal de la resistencia a la insulina son los cambios recientes en la composición corporal. Y los cambios en la composición corporal, a su vez, son causantes de la resistencia a la insulina. Entramos así en uno de los tantos círculos viciosos de la obesidad. Que implican el sedentarismo y mala alimentación como factores de iniciación verdaderos (Ismael Galancho, 2018).

Es esencial la importancia del contexto, del sujeto en cuestión. Cuando echamos la culpa de la obesidad a los carbohidratos o a la insulina exclusivamente, estamos siendo radicalmente simplistas.

De hecho, la insulina no es culpable de la obesidad, sino la resistencia a la misma. Esta resistencia puede estar provocada por múltiples motivos, desde el sedentarismo a una alimentación rica en productos ultraprocesados, ricos en grasas y azúcares.

Pero no hemos sido diseñados para estar sentados ni para comer productos, sino comida real. Por lo que ese es el principal problema. Es decir, el aumento del tejido graso y la pérdida de tejido muscular observable entre la población actual. Que como consecuencia condicionará que seamos resistentes a la insulina, y ello nos lleve al círculo vicioso de la obesidad (I. Galancho, 2020).

La actividad física, ejercicio físico y el tejido muscular tienen mucho que decir sobre esta problemática sobre la resistencia o no a la insulina. De hecho, la temida lipogénesis de novo no será un hecho que acontezca (al menos de forma sustancial) en persona activas y/o deportistas.

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