Lo importante de la dieta

De lo más a lo menos importante en la dieta

Seguro que leyendo el título de este post ya estás pensando en que voy a hablarte de cómo mejorar tu salud.  Y, ¡efectivamente!, ¿de qué vamos a hablar en un blog de nutrición y entrenamiento sino?

Lo primero a tener claro es que el binomio ejercicio y alimentación son los grandes pilares de nuestra salud (sin olvidar otros factores, por supuesto). Pero hoy voy a centrarme en la alimentación (que voy a denominar en estas líneas como, dieta), y en qué es lo más importante que debemos considerar para que, en lugar de que sea un suplicio, convirtamos la “dieta” en un hábito.

Y para eso os voy a destacar qué es imprescindible y qué, sinceramente, no aporta nada.

Lo primero, y aunque sé que lo repito por enésima vez, la personalización es lo que siempre estará por delante de cualquier plan o estrategia. Nunca, nunca pensemos que exactamente lo mismo que le ha servido a nuestra amiga o amigo, vecino o vecina, primo o prima, nos va a valer a nosotros. Si queremos conseguir un objetivo debemos recibir un plan específico para nosotros, al menos que considere nuestra condición física, edad, sexo y actividad habitual.

Una vez aclarado esto, y por mi experiencia, estos son los puntos relevantes que debemos considerar para llevar una dieta adecuada y que seguro nos ayudará.

Lo más y lo menos importante en la dieta:

  1. Adaptabilidad y flexibilidad de la dieta.

Aquí me refiero a que, tras valorar el contexto de esa persona, lo que generará una adherencia (generar un hábito) es la persona se sienta con ciertos márgenes y sin presiones. El factor psicológico es brutalmente importante para poder seguir y mantenerla en el tiempo porque, debemos tener claro que, habrá momentos buenos y malos en el camino, pero si tenemos un poco de flexibilidad podremos tener nuestros momentos de “respiro” y coger fuerza para afrontar otra semana más, luego un mes y al final conseguir adaptarnos a nuestro nuevo modelo de alimentación.

  1. Elimina los miedos sobre algunos nutrientes.

Siempre estamos buscando al “culpable”. El pan, el arroz, la pasta, las legumbres, el cerdo, la ternera, y sigue, cada quien tiene el suyo. Sin embargo, no existe un culpable nutricional, ni los hidratos ni las grasas son los culpables, lo importante es el equilibrio adecuado a nuestras necesidades y objetivo.

  1. No hay dietas milagro.

Las ganas de conseguir objetivos a corto plazo y a toda costa degeneran en un sinfín de dietas con nombres muy atractivos, pero que en su mayoría tienden al fracaso por muchos defectos de base. No hay éxito sin trabajo, sin esfuerzo. Podemos encontrar el “remedio milagroso”, pero ¿cuáles son las consecuencias? Dale una pensada…

La dieta tiene que ser individualizada sino NO sirve.

  1. Los extremos son nocivos.

Ni ganar músculo ni perder peso deben estar guiados por restricciones o ingestas sin control. Cuidado aquí, porque hablamos de desajustes más serios que pueden afectar nocivamente a nuestra salud.

  1. Los suplementos no son el secreto.

La mayoría de los suplementos nutricionales no tiene apenas evidencia científica y, los pocos que la tienen, son complementos que funcionan gracias a un buen trabajo coordinado. En este caso la alimentación real será la que empuje al buen proceso de esos suplementos nutricionales y favorezca que nos ayuden en nuestra alimentación.

  1. Céntrate en lo importante y deja los detalles para el final.

Este punto reúne el mismo sentido que lo define. Considerando todo lo comentado en los puntos anteriores, una alimentación adaptada, que genere adherencia y sea variada, los detalles acompañarán todo el plan, pero no serán la vela que oriente nuestro barco.

No te obsesiones con las calorías que tiene cada producto que coges en el súper, pon tu esfuerzo en ir consiguiendo cambios que puedas mantener en el tiempo, para contar calorías ya está FITMAD.

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