qué hormonas afectan a tu peso

¿Qué hormonas influyen en tu peso?

Sabéis que me encanta decir la frase, “el metabolismo manda”. En otras palabras, estamos sujetos a la acción de las hormonas, que son como esos jefes de obra que van indicando cómo construir de forma adecuada un edificio.

Las hormonas son ese conjunto de mensajeros químicos de nuestro cuerpo que influyen en muchos ámbitos (desarrollo, equilibrio energético, crecimiento, etc).

Pero, ¿qué hormonas influyen en tu peso? Hoy os dejo un resumen de las más importantes para que tengáis una idea más clara de que dependemos mucho de cómo actúen y seamos conscientes de cómo podemos regularlas.

  • Leptina:

Esta hormona está producida en nuestros adipocitos e informa a nuestro sistema nervioso central de que ya has comido suficiente, que hay la suficiente energía. De forma concreta, actúa en el llamado, “lipostato hipotalámico”. Y si, también se puede tener una resistencia a esta hormona, provocando que la persona no tenga saciedad alguna y no quiera para de comer.

Leptina, insulina, hormonas sexuales, cortisol y hormonas tiroideas son las más importantes que afectan al peso.

  • La insulina:

La famosa y maltratada insulina. Digo maltratada, porque se suele vincular en que es la causante de la acumulación de grasa porque sí y es falso. De hecho, es una hormona esencial a nivel anabólico (para crear estructuras) así como para regular nuestra glucemia.

Pero qué ocurre si tenemos niveles alto de esta hormona de forma continuada en el tiempo (una hiperinsulinemia mantenida), pues que, como todo, los extremos son malos. En esta situación denominada “resistencia a la insulina), además de bloquear la lipólisis (es decir, se frena la quema de grasa almacenada), favorecerá que la imposibilidad de introducir la glucosa en las células, acaban depositándose en forma de triglicéridos en nuestro tejido adiposo (es decir, más grasa).

  • Hormonas sexuales:

A nivel de testosterona (hormona crucial en muchísimas funciones), un nivel bajo de esta favorecerá la acumulación de grasa y su distribución. Aunque lo voy a explicar justo después, si aumentas tu tejido graso vas a provocar que esta hormona vaya disminuyendo en favor de los estrógenos y eso tendrá sus consecuencias que te explico a continuación.

A nivel de los estrógenos, su aumento facilita que el tejido graso se acumule y por lo tanto, su distribución también estará condicionada por su desequilibrio. De hecho, aquellas personas que por malos hábitos van cogiendo peso en forma de grasa, facilita que existe más “aromatasa”, que es una encima que transforma la testosterona en estrógenos, y por ende, más grasa aún.

Las hormonas influyen en el peso y, por tanto, también en la dieta.

  • Cortisol:

Esta hormona es llamada “la hormona del estrés”. No me gusta demasiado esta denominación puesto que es vital para nuestro correcto funcionamiento diario, desde que nos levantamos. Si me centro en la acumulación de grasa, el cortisol tendrá un efecto favorecedor de esa situación si mantenemos niveles altos constantes (por ejemplo, estrés de todo tipo mantenido, falta de sueño, etc). El cortisol lo que hará es bloquear la quema de grasa y permitir la creación de glucosa por medio de por ejemplo proteínas. Qué significa esto, puesto que perderemos tejido muscular para conseguir energía (la denominada gluconeogénesis).

  • Hormonas tiroideas:

Aquí hay un conjunto de hormonas relacionadas con el control de peso y flujo energético. Lo que te estoy diciendo es que un problema a este nivel desembocará en un aumento de tejido graso (hay otras posibilidades, pero me centro en el aumento de peso). Las hormonas tiroideas marcan el ritmo de trabajo metabólico, es decir, la velocidad energética de nuestras células está marcada por su acción y por lo tanto un desajuste provocaría que se pueda ralentizar el gasto energético (es decir, gastar menos y acumular más grasa). Estaríamos hablando de un hipotiroidismo.

Antes de acabar, quiero recordarnos que el desajuste hormonal puede tener diferentes orígenes. La mayoría de ellos proviene de unos malos hábitos que podemos corregir. No quiero olvidar que en algunas ocasiones puede deberse a una patología que habría que tratar de manera concreta y para ello lo fundamental en esas situaciones acudamos al especialista para poder analizar vuestro caso.

No me olvido, la mejor medicina en estos casos siempre funciona: dieta equilibrada, ejercicio físico y buen descanso.

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