Entrenar fuerza

Entrenar fuerza, ¿cómo empezar?

Si de algo he aprendido en mis años como especialista en el ámbito de la salud, es que la mayor medicina que poseemos todos y cada uno de nosotros es el músculo. En un mundo imaginario me encantaría visitar a nuestro médico de cabecera y que al final de la consulta nos recetara una caja de “entrenamiento de fuerza”.

He hablado en innumerables ocasiones de la inmensidad de beneficios que reporta tener una buena musculatura desde niños hasta personas de avanzada edad.

En este artículo os voy a hablar de cómo empezar a entrenar fuerza y cuáles serían buenos consejos.

  • En primer lugar, generar “adherencia”. Esta palabra queda muy bonita, pero, ¿qué significa?. Pues quiero decir que tu entrenamiento se debe adecuar, lo máximo posible, a tu día a día. Si a las primeras de cambio hacemos algo radicalmente opuesto a lo que es nuestra rutina, si hacemos cosas que “odiamos”, acabaremos abandonando. No te pongas piedras en el camino y piensa bien. Busca la cercanía del lugar para entrenar, no hagas ejercicios que odias, no uses algún tipo de actividad que te suponga dolor (imagínate por una lesión pasada) y nada de comenzar con entrenamientos muy largos y duros.
  • No caer en el error de que nuestro cambio y, por lo tanto, los beneficios que nos da el entrenar fuerza, es independiente a la alimentación. En otras palabras, debemos tener un equilibro entre lo que comemos y el ejercicio que hacemos. Por supuesto, factores como el descanso o el nivel de estrés van a influir en todo ello.

Para empezar a entrenar fuerza no seas muy exigente al inicio

  • Pensar en el largo plazo. Me refiero a que tenemos que entender que es un camino largo y que será parte de nuestros hábitos. Los hábitos hay que mantenerlos en el tiempo. Si estamos pensando en que los resultados y los cambios son inmediatos, caeremos en un error común: abandonar por tener las expectativas muy altas (y mejor dicho, equivocadas).
  • Centrar nuestro entrenamiento en ejercicios multiarticulares, que toca a grandes grupos musculares. Eso no quita que trabajemos músculos más pequeños sin embargo, esos ejercicios multiarticulares (sentadillas, peso muerto, etc), nos darán una cascada de beneficios con mayor intensidad (por ejemplo, ventajas hormonales). Al inicio serán cruciales.
  • No olvidarnos de la continuidad y la progresión. El entrenamiento perderá su efecto si no mantenemos una rutina constante y con una adecuada progresión (tanto en la cantidad de ejercicios, volumen, como en la intensidad de los mismos). Gracias a tener presentes estos dos aspectos, podremos avanzar con paso firme y seguro.
  • Ser flexibles con el lugar de entrenamiento. Si eres de los que va al gimnasio, perfecto, pero que sino busca el mejor sitio para ti. En tu casa, en el campo, en la playa, donde sea. El material para poder entrenar es muy sencillito y lo más interesante de todo esto, es que hará que seas alguien muy adaptativo con tu rutina. Os lo digo yo, que he entrenado en cualquier habitación de hotel, en cualquier pequeño rincón cuando me he ido de viaje. Y eso es porque soy consciente de la dosis de salud que me aporta ese entrenamiento y que el dónde, es secundario.

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