«¡Cuidado Con La Cena, Que Engorda!», ¿Mito O Realidad?

Hola Familia,

¿La cena engorda?, la verdad que jamás me cansaré de hablar de uno de los temas que más controversia y dudas genera en muchísimas personas. Tengo claro que, aunque es un aspecto que se ha tratado, estudiado y experimentado, una gran parte de la población sigue con muchas dudas básicas. Evidentemente, es la consecuencia de la “sobre información” en las redes, “gurús” que hablan sin saber o las contradicciones en los propios medios.

Pues bien, lo primero que hay que dejar bien claro es esta frase, que uso mucho y no debería olvidarse: “no importa cuándo comes, sino lo que comes y cuánto comes”. En el sentido estricto, los ligeros cambios hormonales en los momentos del día que llevamos a cabo una ingesta de comida, sin embargo, el pensar que la cena es la que más hay que restringir para evitar acumular energía (ya que vamos a irnos a la cama para descansar, posteriormente) en forma de grasa, en totalmente erróneo.

La simplicidad en la que podemos convertir un proceso tan complejo provoca que una parte importante de la población, crea que esa reflexión tiene sentido. Si a esto le sumamos la presión mediática, con la llegada de las redes sociales, tenemos los ingredientes perfectos, que junto a los “influencers” de turno, nos darán como resultado a una parte de la población con serias dudas. ¿Qué sucede?, que no desmotamos el mito de las cenas. Se sigue pensando que cenar es “malo” puesto que te vas la cama y eso te hará coger más cantidad de peso.

En este artículo no quiero profundizar en los cambios hormonales tras la ingesta de alimentos y sus horas. Lo que si me importa es afirmar que, al final del día o de la semana, tendremos un balance energético total (entre la energía gastada – energía consumida). Si el resultado es a favor de ese gasto calórico, perderemos peso y viceversa. Así podemos observar que nuestro cuerpo no diferencia el momento en el que comes, sino el tipo de comida y la cantidad (a todo ello, se tendría en cuenta el proceso metabólico de metabolización).

Nuestro cuerpo no entiende de horas, entiende de procesos. Si, de acuerdo, recomendaré ir a dormir con un tiempo que no sea muy cercano, para evitar que la digestión sea más notable en esos primeros minutos). Yo te recomendaré cenar con un par de horas de diferencia hasta el descanso total.

Si me pongo de ejemplo, lo que yo llevo a cabo (he ido cambiado a lo largo de los años), es prácticamente una merienda cena. Dejo espacio hasta irme a la cama, favoreciendo la digestión, pero jamás es porque si ceno más tarde me haga coger más peso. Mi día me mostrará cómo irá todo. Sé lo que me muevo, lo que entreno o no, lo que me desplazo y los alimentos que he ido tomando. El poder jugar con esos elementos será clave para analizar y dominar cómo reacciona tu cuerpo.

Fuera el miedo al a cena. Un súper mito tan arraigado como los más antiguos. Cuida tu día a día y obtendrás los resultados a través de un camino. Ahí residen los secretos. La cena NO ENGORDA.

También podéis consultar este interesante artículo sobre la hora de la cena publicado en Yo Dona por Ana Bretón: «Cenar tarde no engorda ni es malo para la salud»

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