COMIDAS TRAMPA o “CHEAT MEAL”, ya de por sí son nombres que particularmente no me gustan nada. Creo firmemente que el factor psicológico juega un papel importante, de forma negativa.
Mi experiencia, tanto con clientes como con personas que no trato directamente, me llevan a la conclusión, que la mayoría lleva a cabo esas ingestas de manera descontrolada. Inexorablemente eso va ligado, no solo a correr el riesgo de recuperar las calorías reducidas a lo largo de un periodo de tiempo (tirando al traste lo avanzado), sino que a nivel fisiológico no es lo más deseable.
Me gusta utilizar, comida libre o comida personal, dentro de una planificación alimentaria. Estas ingestas pueden ser adecuadas para enlazarlo con el término, “refeed”, que no es otra cosa que una carga de carbohidratos, tras un periodo de recorte (sobre todo en este macronutriente).
Comida trampa ¡no! Comida libre o comida personal.
En fases de reducción de peso saludable (etapas de definición, pérdida de grasa, etc), se suele incidir en mayor medida en los hidratos de carbono. Con el paso de un determinado periodo de tiempo, se lleva a cabo una recarga de ese macronutriente (refeed). La gran diferencia entre una mal llamada, comida trampa y un refeed, recae en que en la primera hay un descontrol de lo que se come y en el segundo, todo está más calculado y controlado.
Esta recarga, puede oscilar entre varias horas y prácticamente un día, con lo que la dieta pasa a ser de hipocalórica a hipercalórica.
Beneficios de las comidas libres
Entre los beneficios que podemos destacar, con este tipo de actuaciones, quiero resaltar los siguientes:
- Una elevación del glucógeno muscular y hepático.
- Afecta a la leptina. Esta hormona, que actúa en función de nuestra cantidad de grasa y al reducirse ésta, podemos encontrarnos con episodios de hambre.
- Al día posterior, se podrán llevar a cabo actividades de mayor intensidad, explosivas y mayores cargas (pico de energía).
- Mayor impacto de la insulina (sensibilidad).
- Cierto componente a nivel psicológico positivo, si es relacionado con mejora de la adherencia.
En cuanto a la cantidad de carbohidratos en esa recarga, dependerá de la persona. Es algo muy individual, aunque estaremos en baremos que oscilan entre los 3-5 gramos a los 12-15 gramos de hidratos por kilogramo de masa magra.
En definitiva, comidas trampa, ¿si o no?. No pero, si comidas libres o en su caso, las recargas de hidratos, porque pueden tener un objetivo positivo, siempre y cuando se adecúen a las características y contexto de la persona.
