¡SÍ! Hay carbohidratos y grasas buenos, pero también los hay malos. No podemos catalogar a todos de malos pero debemos tener mucho cuidado con ellos.
La mayoría de los problemas de aumento de peso no saludable, hoy en día, están relacionados con nuestros malos hábitos.
No es menos cierto, que una vida sedentaria sumado a unas dietas altas en procesados, hace la combinación perfecta para coger esos kilos de más y encima, poder sufrir muchas enfermedades que conocemos.
Dentro de esos alimentos procesados, han cogido un gran auge los carbohidratos refinados. Son todos esos azúcares añadidos, harinas refinadas, etc, que representan esos “carbohidratos malos”. Efectivamente, es así, de hecho, estamos rodeados de ese tipo de alimentos. Sin embargo, nos olvidamos de que del mismo modo que hay hidratos poco saludables, también los hay en el grupo de las grasas. Este macronutriente, tan importante para nuestra vida, debe estar incluida en una dieta equilibrada, pero, ¿hay “grasas malas”?. Pues sí, también.
Si nos ponemos a pensar en esas “comidas basura o chatarra”, nos viene a la cabeza seguramente, pizzas, donuts, patatas fritas de bolsa, toda esa bollería industrial, salsas, etc. Ojo, aquí hay carbohidratos refinados (del grupo de los malos), pero la mitad de esos nutrientes que debemos evitar en esas comidas son grasas procesadas. Y es que sí, las hay, las llamadas grasas hiper palatables (que nos dan ese gusto maravilloso y tan adictivo).
¿Y sabéis que la mezcla de esos hidratos y grasas poco saludables potencian el placer en nuestro paladar y por lo tanto en nuestro cerebro?. La industria alimentaria es consciente de ello y, por supuesto, saca provecho de esta situación. Muchos de esos alimentos que os he mencionado anteriormente, van llenos de esas mezclas. Con todo esto, lo que quiero transmitir, es que existen variedades de esas grasas y esos hidratos que son “malos”. Los denomino de esa manera para que me entendáis. ¿Pero esto significa que no podamos comerlos en algunos momentos puntuales?. Pues la verdad, el extremo absoluto de erradicar por completo, tampoco. Obviamente no deben ser parte de una dieta como algo habitual, pero que, si lo tomáis de vez en cuando o en situaciones especiales, no os va a pasar nada.
Nuestro centro de recompensa, situado en nuestro cerebro, es una zona que envía mensajes que refuerza la sensación de hambre hacia esos sabores que están potenciados en el laboratorio. Muchas de las grandes marcas que conocéis usan esta estrategia, aumentando sus ventas y por lo tanto sus beneficios, de una manera notable.
Este articulo va dirigido fundamentalmente a evitar los extremos o los ataque sin sentido hacia algunos alimentos. Ahora esta muy de moda hablar mal de todos los carbohidratos, por ese reduccionismo (y falso) de plantear que cualquier hidrato de carbono es azúcar y por lo tanto nocivo. Del mismo modos con las grasas, no podemos pensar que todas las grasas son malas por el simple hecho de que haya algunas que sí lo son. Es decir, el aguacate o el aceite de oliva son grasas muy saludables. También lo son hidratos complejos que encontramos en tubérculos, granos integrales o legumbres.
El secreto está en el hábito, en evitar extremos, en una alimentación equilibrada sin olvidar que, el ejercicio, es muy importante para cuidar nuestra preciada salud.